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Dios te salve Bahía de Cádiz, llena eres de historia, el sol y la sal es contigo, bendita tú eres por ser la más antigua de entre todas las civilizaciones de occidente, y bendito es el fruto que nos aportas tú. Cádiz trimilenaria, nosotros tus hijos somos descendientes de los tartesos, fenicios, romanos, visigodos, andalusíes y cristianos. Ruega por nosotros, por todos los pescadores, cuida del hortelano, carpintero, ingeniero o albañil, y por todos los que tenemos la gran suerte de vivir junto a ti.

“Cádiz nuestro que está en el sur, la historia conoce tu nombre, venga a nosotros tu cultura, hágase de ti un modelo de consuelo. Danos hoy nuestras mejores alegrías; perdona a los que nos quieren desunir, no nos dejes caer en la falsía de dejarte morir, y líbranos del cruel".

Cádiz, salada claridad, tu bahía es inspiración del poeta, tus pueblos son blancos como el alcanfor, tus calles largas y retorcidas, tus casas adornadas con macetas, tus gentes son como tú, acogedora, amable yamiga.

Me gustaría ser un rapsoda como aquellos recitadores de poemas de la antigua Grecia, para expresarte mi sentimiento e inquietudes con esta tosca voz, de la mejor manera posible.

Desearía ser gaviota para observarte desde lo más alto de tu bahía. Cádiz, tú eres la metrópolis de los pueblos blancos. Me satisfacería y alegraría enormemente que todos valoraran de forma positiva tu entorno. Me encantaría que tus hijos engendrados, nacidos y criados en tu hermosa tierra, te respetaran y quisieran como tú te mereces.
¿Recuerdas Cádiz, hace dos mil años cómo eran tus campos?¿Recuerdas tu ganado, que entró en la leyenda? Dicen que la habitaban hombres primitivos, probablemente el hombre no era culto, pero todos te respetaban, te querían y te cuidaban.

Creo en el hombre, y tengo el optimismo y la esperanza, de que cualquier día creerá en ti, y comprenderá el mal que hoy te hace. Posiblemente algún día, todo volverá a florecer de nuevo cuando el hombre, desaparezca de la faz de tu tierra,

"Yo siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo". Miguel de Cervantes.

Abuelo Chano