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miércoles, 10 de octubre de 2012
a las 11:38 / Publicado por
Chiclana Hoy
He querido recopilar algunos datos, sobre uno de los muchos artistas que, –a lo largo de los años– han nacido en nuestro pueblo de Chiclana. Aquí, en un bonito pueblo del sur de Europa y del sur de España. Situado al sur de la Bahía de Cádiz. Con un término municipal de 203 kilómetros cuadrados. Aquí donde en las zonas aledañas abundan los bosques de pinos piñoneros, conformando este paraje único que es Chiclana de la Frontera.
Aquí, donde cada esquina, cada portal, cada calle donde hemos nacido, y hemos gastado nuestras vidas, son un presente y fueron un pasado. Aquí, donde Dios quiso que vinieran al mundo muchas estrellas, virtuosos, creadores y auténticos artistas.
Aquí en Chiclana, hemos tenido personajes notables. Este rinconcito nos ha dado genios con mucho talento. Sin lugar a duda, algo tendrá esta luz para la inspiración lograda por estos antiguos paisanos –cada cual con su vocación– obteniendo una habilidosa destreza. Gente con oficio y maestría. Creadores autodidactas, conocido en todo el mundo.
En mayo de 1840 nace en la villa de Chiclana, Sebastián Gessa y Arias. Hijo legítimo de Santiago Gessa y de de María del Carmen Arias. Ese mismo año –como cosa curiosa– se funda el primer sindicato en España “Sociedad de Tejedores”.
Sebastián, que en su intimidad familiar lo llamaban “Chanito”, desde su niñez, se comienza a observar la aptitud y habilidad que este niño tenía para el dibujo. Era el primero de su clase. Sus compañeros iban a su casa para que él le ayudara con la asignatura de “Dibujo artístico”. Un año en navidades –con tan solo ocho años– en la fachada de su casa, pintó unas imágenes representando el nacimiento de Jesús, utilizando para ello, unos trozos de carbón. Este Chano poseía una habilidad muy superior a la edad que tenía. Era, un superdotado con una aptitud innata.
Los vecinos les aconsejaron a sus padres que lo llevaran a la Escuela de Bellas Artes de Cádiz. Concretamente un íntimo amigo del padre, intercedió por él e incluso le ayudó económicamente. El niño ya era un hombre. Tenía veinticuatro años cuando finalizó sus estudios y consiguió una beca de la propia escuela y se fue a París para continuar con sus estudios. En la facultad cosmopolita permaneció seis años (1864–1870).
Comienza dándose a conocer como verdadero artista, en los salones del palacio de los Campos Elíseos y participando en la Exposición Universal de París de 1867.
A finales del 1870, regresa a España y vive en Madrid de una manera un tanto despreocupada y bohemia. Subsiste de los pocos ingresos que consigue vendiendo sus “valiosos” cuadros. Comienzan a solicitarle lienzos por encargo y, simultáneamente, ofrece clases particulares a jóvenes promesas. Con asiduidad participa en Madrid en las exposiciones de Bellas Artes, donde logra alcanzar considerables galardones. Precisamente y, a propuesta del jurado en 1878 le otorgan la Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III.
En el Paseo de Recoletos, hoy Casa de América, de Madrid, por encargo de su propietario el Marqués de Linares, decora el techo de dos de las salas del Palacio, conocido como el “Palacio de Murga”. Se encuentra en la Plaza de la Cibeles, frente al Palacio de Comunicaciones y al Palacio de Buenavista.
En el techo del comedor principal, pintó una balaustrada con jardín y pájaros que se abre al cielo. Raimunda –La Marquesa de Linares–, lo contrataba continuamente, hasta que logró que prácticamente todos los techos del majestuoso Palacio estuvieron cubiertos de flores y pájaros. Su popularidad y renombre fue aumentado por día, llegando a obtener premios en toda España. Medalla de oro en la Exposición Regional de Cádiz y en la Nacional de Bellas Artes de 1881,
Medalla en la Exposición Universal de París de 1889, su gran triunfo le llega en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897, donde consigue la Medalla de Primera clase por su trabajo Flores y frutas, primera vez que se otorgaba un premio de esta categoría a un bodegón, tema poco valorado hasta entonces por jurados y críticos, en un momento en que se premiaban especialmente los temas mitológicos o históricos.
Catálogo publicado con motivo de la exposición celebrada del 11 de marzo al 7 de abril de 2004 dedicada a Sebastián Gessa Arias (1840-1918).
En enero de 1920 murió en San Agustín de Guadix, provincia de Madrid, en la más absoluta miseria, nuestro paisano Sebastián Gessa y Arias. Este gran artista, prestigioso e insigne pintor, debería ser más conocido por los chiclaneros.
Sebastián Gessa y Arias, por el Abuelo Chano
Aquí, donde cada esquina, cada portal, cada calle donde hemos nacido, y hemos gastado nuestras vidas, son un presente y fueron un pasado. Aquí, donde Dios quiso que vinieran al mundo muchas estrellas, virtuosos, creadores y auténticos artistas.
Aquí en Chiclana, hemos tenido personajes notables. Este rinconcito nos ha dado genios con mucho talento. Sin lugar a duda, algo tendrá esta luz para la inspiración lograda por estos antiguos paisanos –cada cual con su vocación– obteniendo una habilidosa destreza. Gente con oficio y maestría. Creadores autodidactas, conocido en todo el mundo.
En mayo de 1840 nace en la villa de Chiclana, Sebastián Gessa y Arias. Hijo legítimo de Santiago Gessa y de de María del Carmen Arias. Ese mismo año –como cosa curiosa– se funda el primer sindicato en España “Sociedad de Tejedores”.
Sebastián, que en su intimidad familiar lo llamaban “Chanito”, desde su niñez, se comienza a observar la aptitud y habilidad que este niño tenía para el dibujo. Era el primero de su clase. Sus compañeros iban a su casa para que él le ayudara con la asignatura de “Dibujo artístico”. Un año en navidades –con tan solo ocho años– en la fachada de su casa, pintó unas imágenes representando el nacimiento de Jesús, utilizando para ello, unos trozos de carbón. Este Chano poseía una habilidad muy superior a la edad que tenía. Era, un superdotado con una aptitud innata.
Los vecinos les aconsejaron a sus padres que lo llevaran a la Escuela de Bellas Artes de Cádiz. Concretamente un íntimo amigo del padre, intercedió por él e incluso le ayudó económicamente. El niño ya era un hombre. Tenía veinticuatro años cuando finalizó sus estudios y consiguió una beca de la propia escuela y se fue a París para continuar con sus estudios. En la facultad cosmopolita permaneció seis años (1864–1870).
Comienza dándose a conocer como verdadero artista, en los salones del palacio de los Campos Elíseos y participando en la Exposición Universal de París de 1867.
A finales del 1870, regresa a España y vive en Madrid de una manera un tanto despreocupada y bohemia. Subsiste de los pocos ingresos que consigue vendiendo sus “valiosos” cuadros. Comienzan a solicitarle lienzos por encargo y, simultáneamente, ofrece clases particulares a jóvenes promesas. Con asiduidad participa en Madrid en las exposiciones de Bellas Artes, donde logra alcanzar considerables galardones. Precisamente y, a propuesta del jurado en 1878 le otorgan la Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III.
En el Paseo de Recoletos, hoy Casa de América, de Madrid, por encargo de su propietario el Marqués de Linares, decora el techo de dos de las salas del Palacio, conocido como el “Palacio de Murga”. Se encuentra en la Plaza de la Cibeles, frente al Palacio de Comunicaciones y al Palacio de Buenavista.
En el techo del comedor principal, pintó una balaustrada con jardín y pájaros que se abre al cielo. Raimunda –La Marquesa de Linares–, lo contrataba continuamente, hasta que logró que prácticamente todos los techos del majestuoso Palacio estuvieron cubiertos de flores y pájaros. Su popularidad y renombre fue aumentado por día, llegando a obtener premios en toda España. Medalla de oro en la Exposición Regional de Cádiz y en la Nacional de Bellas Artes de 1881,
Medalla en la Exposición Universal de París de 1889, su gran triunfo le llega en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897, donde consigue la Medalla de Primera clase por su trabajo Flores y frutas, primera vez que se otorgaba un premio de esta categoría a un bodegón, tema poco valorado hasta entonces por jurados y críticos, en un momento en que se premiaban especialmente los temas mitológicos o históricos.
Catálogo publicado con motivo de la exposición celebrada del 11 de marzo al 7 de abril de 2004 dedicada a Sebastián Gessa Arias (1840-1918).
paleta donde mezclaba los colores |
1 comentarios:
Había oido hablar que en el Teatro Moderno hay una sala con el nombre de este señor, pero no tenía ni idea de quién se trataba.